miércoles, 3 de diciembre de 2014

Casi otoño

Era casi otoño
Y apenas vimos que ni el más puro jabón podría borrar todas las huellas
que las hojas empezaban a viajar
que aquel verano frenético se nos escapaba de las manos
y huía como los pájaros de la tormenta.

Estuvimos ahí, al final de la noche
Luchando como si nos fuera la vida en ello
Porque no queríamos dejar escapar aquello tan atractivo
Aquello tan único que nadie había hecho
Que era nuestra creación
Y corrimos, saltando, desnudos, con una sonrisa que no cabía entre las comisuras de los labios.

Pero no supimos que estábamos escribiendo
todos los desperfectos
Hasta que París me apuñaló
y volvió casi primavera.

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