martes, 20 de marzo de 2012

Huellas de romero

Subir a lo alto siempre ha sido gusto del ser humano. Escalar una montaña y tomar una foto parece ser siempre algo bonito, un logro. Aunque esa foto muestre una simple llanura sin ninguna belleza, el hecho de saber que hay alguien detrás, quien la toma, que está alto, la hace maravillosa. Es el poder de dominación, o mejor dicho, la creencia del humano de superación, dominar y sentirse alto como un semi dios.
Algo que no se tiene voluntad de hacer o convertir no es poder.
No creo que el ser humano tenga el poder de hacer bello un paraje por sí solo. Creo que debo hablar de tender... Decidimos si un paisaje es bello o no si en él plasmamos emociones que nos hagan sentir, tanto para bien como para mal. Un paisaje que no nos llegue al fondo no será bello, por muy correcto que sea, o por muy bello que lo vean otros. Por lo tanto, no hablo de que tengamos un poder de cambiar la percepción de un sitio u otro; sino que tendemos a ello. Está en nuestra naturaleza emocional el dotar a un territorio de una carga afectiva. No lo hacemos intencionadamente, más bien al contrario: muchas veces no sabemos por qué, pero quizá lo más simple es lo elegido para detenernos un momento y transportar nuestra mente a una dimensión contigua, que se pliega sobre nosotros, nos hace cerrar los ojos y aspirar lentamente.

La lluvia se desliza desde las nubes por los cristales y trae algo del cielo a la tierra.
Las gotas mojan la llave haciéndola cada vez más fría, y me la guardo en el bolsillo del pantalón.

Deja que la gente se aleje, conozco tus pasos.
Déjame ponerme de espaldas y ponerme a prueba sabiendo que los conozco.
O que un desconocido pase a lo largo y saber que no sé nada.

La energía, ya sea de un modo u otro, impacta sobre el terreno continuamente. Admiro la energía de la naturaleza... una palabra que lleva implícita la otra. Incansable. Cualidad. Característica.
Curiosidad: Esta misma roca que es golpeada por el oleaje, ¿la habrá pisado algún romano? ¿O la superficie que pisó el romano ya no existe?
La energía liberada en pequeñas dosis es igual de potente que un estallo, pero mucho más sutil y elegante.

Siento cómo la lluvia impacta en mi piel y apenas pasa nada. ¿Qué pasaría, si estuviera mil años bajo la llovizna como aquella roca? Qué pasaría si fuera roca...
Quizá todos las formas existentes difieran poco unas de las otras: quizá todo sea como una roca, o todo sea como un objeto X, solo que con diferentes cualidades.
Una cualidad que tenemos es la vida.
Y otra cualidad que tenemos es la antagonista, y es creación humana: el tiempo.
Ese empeño por medir todo, por buscar un patrón que permita comparar... Cuando en muchos casos no es así. No se puede medir todo lo que queramos puesto que cada ítem es original y sigue una evolución propia y diferenciada.
¿Cuántos años tiene esta roca? Ah, son muchos. Pero quizá es poco para ella.
¿Cuántos años tienes? Uy, qué pocos. Pero quizás es 'como' si tuviera más años que tú.
Muchas cosas deberían ser más cualitativas y menos cuantitativas. A veces la practicidad es una enemiga para la calidad.

Escucha, es la canción de la vida la que se asoma después de la lluvia.
Es la alegría y satisfacción después de la reflexión que me ha surgido esta mañana.

Ahora ya puedo seguir mi camino, andar hasta llegar a un punto en concreto y darme la espalda.
Que conozco tus pasos, y yo me marcho dejando huellas de romero.